martes, 19 de julio de 2016

Crónico y constante.

No tengo forma de explicar qué se siente. Me lo preguntan menos a diario de lo que parece. Cada tanto se cruza alguna situación dolorosa que me ubica en el lugar de "entendido en el tema" y ya no se bien como ayudar. Con el paso del tiempo no se hizo ni más fácil, ni menos doloroso, sí más invisible y más hondo. Es algo que está ahí, adentro tuyo, que pesa en el medio del pecho y refleja un leve destello debajo de las pupilas. No todos los saben, ni lo notan pero nosotros sabemos que existe. Cuesta comprender que, sin importar cuanto corramos, eso va a seguir ahí como un paréntesis en el pecho al que nos fuimos acostumbrando. De tan crónico y constante, fuimos anulando los síntomas con placebos de todos los colores. Algunas temporadas logramos gambetear la sensación y caminar sin que se note la renguera. 
Sin embargo, cuando tropezabas con esos días inexplicables, volvías a darte cuenta de lo mucho que cuesta andar y de todo lo que te gustaría que esté acá, sin importar nada más.

lunes, 11 de julio de 2016

Le pasaría a cualquiera

Es tan extraño todo que uno se va poniendo obvio, diferido, lenteja, malhumorado y, sin embargo, cuando se vuelve de todo eso, este puñado de sensaciones se anima sonreír una vez más.

"Zona de Confort" o "acerca de la derrota invisible"

Me pregunto seguido si ya aprendí todo sobre "perder" y creo que me he perdido en la búsqueda de respuestas. 
He perdido tanto en manos la vida, la muerte, las malas decisiones, la gente linda, la gente de mierda y mis propios miedos que ya ni puedo repasar la cantidad de derrotas.

De chiquito, cuando jugabas a los pistoleros, te disparaban -vos sabías que te dieron- pero te negabas a morir y alegabas algún tipo de desvío en la bala imaginaria o algún superpoder de último momento para seguir jugando. Ese era un vínculo posible con la derrota. 

De grande, cada vez que perdemos, puteamos al aire, nos reprochamos varias cosas, lloramos en secreto, evitamos cualquier situación que nos exponga y medio que tratamos de minimizarlo para afuera.

Nos ponemos mal sin terminar de ver que -a pesar de todo- en la pérdida, en la derrota, está el aprendizaje, la lección del día, ese pedacito de madurez reservado para un instante de iluminación.

"Perder" es parte del proceso. Es algo propio a cualquier desafío y los "desafíos" son los que nos empujan a ser un poquito mejores, aun sabiendo que del reverso aguarda agazapada la frustración. Es el resigo de intentar y, a esta altura del partido, habiendo perdido tanto, pienso que el concepto de "perder" está ahí esperando a que nos traicionemos -una vez más- y vayamos a lo seguro, pensando que así tendremos la victoria asegurada, caminando una y otra vez el sendero de lo conocido, acomodados en el confort de lo ya probado, aferrados a esa primera victoria con olor a humedad. Es en ese instante cuando empezamos a cavar la fosa de nuestra derrota final y definitiva, la de perder las ganas de desafiarse a uno mismo.

"Zona de Confort" o "acerca de la derrota invisible"

Me pregunto seguido si ya aprendí todo sobre "perder" y creo que me he perdido en la búsqueda de respuestas. 
He perdido tanto en manos la vida, la muerte, las malas decisiones, la gente linda, la gente de mierda y mis propios miedos que ya ni puedo repasar la cantidad de derrotas.

De chiquito, cuando jugabas a los pistoleros, te disparaban -vos sabías que te dieron- pero te negabas a morir y alegabas algún tipo de desvío en la bala imaginaria o algún superpoder de último momento para seguir jugando. Ese era un vínculo posible con la derrota. 

De grande, cada vez que perdemos, puteamos al aire, nos reprochamos varias cosas, lloramos en secreto, evitamos cualquier situación que nos exponga y medio que tratamos de minimizarlo para afuera.

Nos ponemos mal sin terminar de ver que -a pesar de todo- en la pérdida, en la derrota, está el aprendizaje, la lección del día, ese pedacito de madurez reservado para un instante de iluminación.

"Perder" es parte del proceso. Es algo propio a cualquier desafío y los "desafíos" son los que nos empujan a ser un poquito mejores, aun sabiendo que del reverso aguarda agazapada la frustración. Es el resigo de intentar y, a esta altura del partido, habiendo perdido tanto, pienso que el concepto de "perder" está ahí esperando a que nos traicionemos -una vez más- y vayamos a lo seguro, pensando que así tendremos la victoria asegurada, caminando una y otra vez el sendero de lo conocido, acomodados en el confort de lo ya probado, aferrados a esa primera victoria con olor a humedad. Es en ese instante cuando empezamos a cavar la fosa de nuestra derrota final y definitiva, la de perder las ganas de desafiarse a uno mismo.

domingo, 18 de mayo de 2014

Nada por fuera de eso.

No nos escribimos de madrugada. Ambos sabemos que podemos molestar a un tercero. Jamás preguntamos dónde estuvo. Conocemos de discreción y prolijidad. No andamos de la mano por la calle. De ninguna manera sorprenderíamos al otro pasándolo a buscar por el trabajo o cualquier otro espacio. Evitamos las precisiones sobre el vínculo que nos une. Entendemos que lo nuestro se reduce a "ese" momento y no mucho más que algunos mensajes perdidos para coordinar otro encuentro. Siempre supimos todo menos que era el comienzo de una historia de amor.

Sobre el tiempo.

Saber de más nunca está de menos. Aunque a veces, lo que está de menos es el tiempo. En general, el tiempo suele estar de menos, siempre andamos necesitando unas horitas más, unos días más, una semana más. Sobre todo en época de estudiante, cuando se acercaba la fecha y todo era extraño, áspero y limitado. Las horas de estudio, el día en el trabajo, la salida a último momento para despejarse, el apunte todo dibujado en los márgenes. Todo -absolutamente todo- se me viene en este sábado de madrugada en casa, donde un montón de cosas ya no pasarán más pero otras tantas volverán para pedir pista en la autopista de los recuerdos.

jueves, 1 de mayo de 2014

De lo que se rompe.

"Reparar algo" es una sensación extraña. El acto contiene algo de amor por intentar unir aquella grita que se produjo pero también tiene algo de melancolía por intentar recuperar eso que se rompió.

Las marcas de un arreglo a veces están perfectamente ocultas por la mano prodigiosa del experto en cuestión; en otras -tantas- ocasiones las marcas quedan expuestas. En ambos casos, las huellas del tiempo juegan su pasada.

En el segundo caso, las marcas expuestas hablan de uno, de su vida, de su pasado pero -más aun- de cómo encaran su presente. No ocultando nada, encontrando la belleza en la imperfección, en los detalles debajo de las marcas, como puntas de icebergs que se guardan la mejor parte para el vino madrugado de trasnoche.

En cambio, cuando las lastimaduras del destino quedan tapadas por el trabajo preciosista del experto, eso que se rompió late debajo de la perfección, esperando salir por cualquier otro lado, generando una herida profunda debajo de la piel, generando -quizás- una vergüenza íntima que nadie podría explicar, guardando aquel hecho como un secreto del que jamás se volverá a hablar.

Sin embargo, como todo aquello que se oculta, por acto y obra del destino, vuelve a aparecer y con su cara más cruda. Las opciones se abren y son casi infinitas pero elijo detenerme solo en dos: "aceptar" esa herida, esa marca, esa reparación; o volver a intentar "silenciarla", cubrirla, ocultarla. Esta vez será más difícil guardarla pero también lo será aceptarla. La diferencia entre una y otra, no es la dificultad de hacerlo sino sus consecuencias.

viernes, 28 de marzo de 2014

Besaría a Spike.

Viste como cuando te quedás llorando frente al monitor casi paralizado? Bueno así. Así se siente. Hasta que no llegue alguna respuesta, estás ahí paralizado como en un espacio que nada tiene que ver con este espacio. Llorando o mejor dicho, sintiendo como caen las lágrimas muy lentamente. Así de choto, che. De pronto, te encontrás viendo "Her" del enorme Spike Jonze y pensás que sos vos enamorándote de algo irreal o peor aun, sos vos ya sintiendo algo por algo que no es real. Una extraña metáfora sobre las relaciones, super linda, super bien filmadita, tan emocionable. Creo que besaría en la boca a Spike. Me emocionan sus películas. Justito hoy, justo ahora, se me ocurrió verla. Así se siente de madrugada.

jueves, 30 de enero de 2014

Como antes pero diferente.

Precisamente cuando ya no le buscaba la vuelta, decidí que era un buen momento para volver. Volvé todas las veces que quieras pero nunca lo hagas de la misma manera.
Volver podría ser considerado como un paso atrás pero sabiendo que la vida tiene tantas vueltas y recovecos en su laberinto es casi evidente que más de una vez transitaremos lugares por los que ya hemos andado.
Entonces acá es donde pienso que cuando uno vuelve a un lugar donde ya estuvo, la posta podría ser intentar caminarlo de forma diferente al pasado. Porque quizás algo más teníamos que aprender, quizás es una prueba que aun no superamos, una búsqueda que no terminó.

martes, 15 de octubre de 2013

Un segundo más de esto y lloro

Entre tanto domingo que se expande de sus márgenes, uno va tratando de hacer lo posible por no faltarle el respeto al asunto pero la melancolía juega un papel clave en este ajedrez y todo se vuelve más insoportable que de costumbre.
Como si fueran sombras en un atardecer furioso, el pasado, el presente y lo que probablemente no sea se convierten en fantasmas deshabitados que nos llenan de un vacío que por momentos angustia un poco.
Hace unas cuantas horas, estaba sentado frente aun monitor, en silencio, contemplando como caía el día y pensó: "un segundo más de esto y lloro". Hacía falta que todo se volviera tan domingo?
En fin, son de esas cosas que no se preguntan, básicamente porque la respuesta jamás nos va a conformar.

domingo, 18 de agosto de 2013

De niños y algunos asuntos perdidos

"Envejecer" es una decisión que se toma cuando se decide dejar de tomar decisiones. Muy por el contrario, madurar y crecer, son hecho dignos de ser asumidos.
Hay tipos que confunden crecer con envejecer. Me parece tan probable que pase eso y tan desatinado a la vez,  que me pone algo triste la idea. Pienso que crecer, se trata de tomar de decisiones, de buscarle la vuelta, de poner más cuando se pone bien jodido, de pensar cuando las papas queman y todo a nuestro alrededor se desmorona. Estoy convencido que "crecer" está lleno de cosas dolorosas, de pérdidas incurables con las que uno va aprendiendo a lidiar. Justamente de "aprender" es de lo que se trata. Alguien alguna vez dijo que "uno a esta vida viene a aprender dos o tres cosas, nada mas" y no me pareció ilógico. Al contrario, lleva tanto tiempo "aprender a aprender" que se vuelve -casi- un trabajo de toda la vida.


lunes, 15 de julio de 2013

Extraño.

Me desconozco en esta suerte de depresión anestesiada. Sería la cara de la moneda que cuesta ver en el espejo. Eso que hace que uno sea un idiota casi todo el tiempo, que tenga mucha bronca adentro y que no sepa bien como sacarla. Mezcla de angustia y tristeza. Son esos momentos que uno trata de evitar. Sin embargo, uno se da cuenta que llegó cuando ya estás ahí, sumergido y con pocas chances de salir a flote. Exactamente donde no querías estar, pensando en todo lo que no está, en lo que no va a volver y en lo que podría cambiar. No lo hablás con nadie hasta que de madrugada, con la guardia un poco baja, uno se anima a confesar esas cosas que no se confiesan así no más. En ese instante, todo se vuelve un poco menos inabordable, casi sin explicación te sentís un poquito mejor. Alguna lágrima, alguna sonrisa y la idea de "soledad" que se agiganta cuando hay tanta gente haciendo ruido a tu alrededor.
En fin... creo que esta vez -como tantas otras- no voy a buscar la metáfora imperfecta o el puente hacia algo más grande. Simplemente me voy a conformar con haber sido torpemente honesto, una vez más. Extraño demasiadas cosas que no van a volver.

martes, 9 de julio de 2013

Alejarse

Pensar en alejarse para ver el asunto con claridad es una cosa. Escapar para olvidarse del asunto, empieza a sonar como una opción.  Es torpe pero uno es tan débil que se ve obligado a tomar decisiones tontas aunque el tiempo sepa hacer su parte, darle la espalda nunca es una buena opción. Lo pendiente vuelve y cada vez con más fuerza. 


viernes, 5 de julio de 2013

Entre madrugadas y asuntos inconclusos

Que raro se pone todo cuando no se define. Entre tanto lateral por la izquierda, mucho enganche y el partido terminó en cero. Sin embargo, ese empate magro, con un sabor a "pudimos haberlo ganado" me hace pensar en todas las cosas que no funcionan cuando uno quiere. Eso pasa porque se pone cierto porcentaje de deseo en cosas que no dependen del todo de uno. Ahí es donde entra la voluntad propia y ajena. Pasadas sensaciones se vuelven a hacer presentes, una cintura histérica que te muestra la pelota pero juega para los costados, una contienda entre colchones que no llega nunca y unas ganas locas de dormirme pero sin nada de sueño, con muchos sueños.
Entre tanto alboroto se hace difícil pensar pero uno - que no se anda con chiquitas- se la juega ahí no más a ser clarito, a romper un poco las pelotas, a tratar de no lastimar a nadie... una vez más

sábado, 22 de junio de 2013

La calma de los elefantes

No es soberbia aunque podría confundirse. No se olvidó de lo duro que fue. Recuerda perfectamente cómo se movía el timón en aquella tormenta, cuando el capitán de turno decidió tirarse al agua y nadie se animaba a agarrarlo. También, tiene presente la sensación intacta en sus manos de todo lo que costó pasar el último temporal con el curso firme, incluso en la duda extrema y agotadora.

Con el tiempo, sus ojos se fueron llenando de inviernos, de veranos y algunas primaveras. Poco sabe de otoños pero bastante de hojas caídas. Sus ojos se achinaron con los años, su sonrisa la comparte con cierta tranquilidad y sin tanta prisa. Sabe no escatimar en un buen gesto pero es de los que prefiere esperar a la confianza para brindarlo. Desconfía menos, aprende más, busca incansablemente.

Ahora parece andar con la calma de los elefantes. Reconoce que su velocidad no es explosiva, que su fuerza depende del envión, que tumbarlo -después de tantos embates- no va a ser fácil, que llegar es parte del camino, que nunca va a dejar de ser vulnerable.

Todo llega cuando tiene que llegar y así se va. Poco logramos aferrándonos. Tomar nota de lo aprendido, desear lo mejor y echarse al ruedo una vez más, sin rencores, sin desatinos, con buena leche, con la certeza de que todo pasa por algo, con alguien, en el momento indicado para ambos.

sábado, 15 de junio de 2013

Sorpresa de andar.

A ella solo vestía un rosario de madera. Él llevaba lo puesto. Sorpresa de andar buscando donde no debía, descuidado de sus modales y urgente de algo diferente, se lanzó. La puerta se cerró, la luz se filtraba por la ventana apenas abierta.
Cuando todo pasó, cuando eso que unía desapareció, ambos eligieron mirar para otro lado y sonreír para la foto.

domingo, 9 de junio de 2013

Perfecta.

A ella le gusta tanto descubrirse preciosa a través de sus ojos, que sonríe, invitándolo. Se enamora, se busca, lo atrae, lo invita a ser algo más. Todo gira alrededor de ella, a través de él. Ella siente ese calor, ese deseo incontenible de acercarse, de no dejar todo así. Cruza la línea, sabe que aquello prohibido, le hace bien, la hace fuerte. Sin embargo, sospecha que -más adelante- él será su punto más débil. No le da importancia a ese pensamiento, se alimenta de su ser, se agiganta y logra escaparse de su rutina para vivir unos chispazos de alegría, de algo mas que sexo, de algo menos que amor.

La circunstancias cambian, la cosas ya no se ven como antes, algo se va erosionando entre ellos. Ya no es lo mismo, quizás ella ya no se vuelva a escapar, no se alimente de su locura, ni se encuentre en sus caricias pero seguirá descubriéndose hermosa, brillante, perfecta, en su mirada inmortalizada de aquel instante que recordarán por siempre.

lunes, 27 de mayo de 2013

Postergado.

Solo hay dos bocas. No se besan, se rozan, se deslizan, se atraen pero no llegan a tener contacto. Él acerca sus labios al oído de ella y le corre apenas el cabello.

Él -¿Vale la pena descifrarte?
Ella -Ni lo intentes...

Él se aleja apenas y la observa. Ella no sonríe, baja la mirada, se muerde suavemente el labio inferior, duda un instante y lo besa. Él por dentro sonríe sin que sus labios dejen de ocuparse de aquel postergado beso.

viernes, 24 de mayo de 2013

De esas noches perdidas por ahí.

Las palabras se me vuelven a escapar como tantas otras veces. Busco fuerzas en mi compañero que parece estar superado por la situación. Doy un golpecito en la tabla mugrienta, toda pegoteada, que oficia de barra y me le animo de vuelta al destino. Sin saber demasiado lo que hacía, "tirotié" en la madrugada palabras torpes que golpeaban su rostro. Así fue pasando la noche hasta que la dura realidad llegó con el día. El sol se las rebuscaba para no dejarme ver con claridad lo que se me caía de las manos una vez más.
Entonces, su aroma volvió a presentarse delante mío, la suavidad de su piel se dibujaba ante mis lastimadas manos y -entre tanta goleada en contra- uno se esconde en este pequeño refugio una vez más, conociendo el desenlace posible, futuro, imperfecto y poco feliz.

miércoles, 15 de mayo de 2013

De gestos mínimos y la vida sin marketing.

Sus pupilas estaban cansadas. Sus labios guardaban una sonrisa de alivio. Apura el paso hasta la puerta para fumarse un cigarrillo en la entradita de la guardia. Lo veo pasar, me acerco y le saco charla.

Entre la lluvia que golpeaba el techo de chapa y el frío, las palabras andaban solas. La tranquilidad de que está mejor, la ansiedad por que esté mejor y la noción de realidad nos invadía una vez más, dándonos una excusa para hacernos compañía un rato.

Tantas cosas planificamos, tanto nos medimos con el tiempo, que perdemos de vista aquello que es importante. Para ser sincero -y algo antipático- no soy muy amigo de eso de andar disfrutando de "los pequeños momentos de la vida". Asociar una recarga de la SUBE con un instante de felicidad me parece absurdo. Como si la brisa de la tarde acariciando tu rostro bastara para ser "feliz", La verdad que descreo bastante de esto. No puedo evitar pensar que hay algo casi evasivo, escapista, en esos gestos que uno se empuja a disfrutar. Tampoco me caen bien los que asocian la felicidad con escaparse bajo el lema: "sé libre, agarrá tu mochila, se rubio, con los pelos al viento, conoce otros lugares y viví de vacaciones!". Básicamente porque lo que uno elige no mirar se vuelve mas fuerte y se empeña en plantarse ahí, para cuando tengamos que dar la vuelta.

En fin, no soy partidario de todo esto. Soy más amigo de la idea de andar por la vida arreglándose con lo que uno tiene, deseando lo que uno quiere, decidiendo, generándose opciones, tratando de hacer lo que uno disfruta hacer y si se puede vivir de eso, mucho mejor. Me molesta el optimismo facilista, el fundamentalismo del vaso medio lleno o la naturaleza color esperanza.

La vida no es eso. Está llena de momentos de mierda, de gente horrible, de humores cambiantes, de frustraciones, desencantos y dolor. Esto es cierto. Sin embargo, la vida que se asume con "actitud, amor y respeto", está repleta de sonrisas, de abrazos, de amor, de gestos mínimos, de decisiones, de formarción, de enseñar, de deseos por cumplirse, de caminos arduos, de desafíos nuevos, de amigos, de hermanos, de aciertos, de errores y de mucho aprendizaje. Por todo esto pienso que está bueno vivir. Básicamente por el camino y por andarlo con esa gente que hace bien.

lunes, 13 de mayo de 2013

Asuntos III

El asunto se ponía lindo, la charla avanzaba y a mí se me dio por contar una de esa cosas que no se andan contando. Entonces, fue ahí cuando clavaste esa frase en el medio de mi ego. Uno busca gambetearlo pero el disparo fue letal y la caída de este humilde servidor se precipitaba. Trato de poner las manos para no darme la jeta contra el piso pero ya los reflejos se han evaporado con el fernet y moral besa el piso una vez más.